Pues eso, que después de la derrota en Málaga y de los resultados del resto de rivales en esta jornada, todavía no estamos matemáticamente libres del descenso. Queda poco, una victoria, quizás menos, pero el domingo tenemos la penúltima y, esperemos definitiva, oportunidad. Además nos la jugamos contra el Racing, un equipo ya salvado y que nos debe una. Lo lógico es que no se nos escapen los puntos y que equipo que mas lo necesita, nosotros, salga con el punto de intensidad y concentración necesario y suficiente como para no perdonar las ocasiones que se nos presenten y que podamos vivir un partido libres de nervios. Aún así que nadie piense que esto está hecho ya, el partido hay que jugarlo y ganarlo, no creo que los jugadores de Santander se vayan a meter los goles en su portería, tendremos que marcarlos nosotros y el primero debe meterlo la afición, apretando fuerte desde el primer minuto. Nos jugamos volver a vivir otro año en primera y eso es un lujo al alcance de muy pocas ciudades de España.
Manolo Preciado
Antes o después tenía que llegar este momento, el momento que esperaban los antipreciadistas para tirarse a su yugular. Solo fue necesario un partido por semana, las rotaciones habituales de Preciado y una derrota en Málaga para que ya pidan su cabeza y eso que el equipo, según mi modo de ver, no jugó del todo mal, incluso en el cómputo general creo que tuvo mas ocasiones que el equipo local, pero decidió la calidad, la calidad de dos futbolistas, Baptista y Eliseu que, juntos, ganan lo que la mitad de la plantilla de Sporting. Porque la calidad cuesta mucha pasta y aquí, el jeque de la Calzada, nos tiene como nos tiene.
Pues sabéis que os digo, que Preciado tiene la culpa, tiene la culpa de que a falta de dos jornadas para acabar la liga estemos virtualmente salvados, tiene la culpa de que nos juguemos la permanencia en el Molinón, contra un equipo que no se juega nada y con otra jornada en la recámara por si las moscas, tiene la culpa de que hayamos vuelto a primera y de que con equipos hechos de saldos, estemos a punto de celebrar la tercera permanencia en la liga de las estrellas.
Estoy seguro de que cualquier sportinguista hubiese firmado, antes de empezar la misma jornada en la primera vuelta (contra el Racing en el Sardinero), que se llegase a esta en la situación en la que nos encontramos. Tengamos un poco de memoria y démosle a Manolo los méritos que se merece o ¿acaso haber jugado con el equipo titular en Málaga nos hubiese garantizado la victoria?, permitidme que lo dude.
Antes o después tenía que llegar este momento, el momento que esperaban los antipreciadistas para tirarse a su yugular. Solo fue necesario un partido por semana, las rotaciones habituales de Preciado y una derrota en Málaga para que ya pidan su cabeza y eso que el equipo, según mi modo de ver, no jugó del todo mal, incluso en el cómputo general creo que tuvo mas ocasiones que el equipo local, pero decidió la calidad, la calidad de dos futbolistas, Baptista y Eliseu que, juntos, ganan lo que la mitad de la plantilla de Sporting. Porque la calidad cuesta mucha pasta y aquí, el jeque de la Calzada, nos tiene como nos tiene.
Pues sabéis que os digo, que Preciado tiene la culpa, tiene la culpa de que a falta de dos jornadas para acabar la liga estemos virtualmente salvados, tiene la culpa de que nos juguemos la permanencia en el Molinón, contra un equipo que no se juega nada y con otra jornada en la recámara por si las moscas, tiene la culpa de que hayamos vuelto a primera y de que con equipos hechos de saldos, estemos a punto de celebrar la tercera permanencia en la liga de las estrellas.
Estoy seguro de que cualquier sportinguista hubiese firmado, antes de empezar la misma jornada en la primera vuelta (contra el Racing en el Sardinero), que se llegase a esta en la situación en la que nos encontramos. Tengamos un poco de memoria y démosle a Manolo los méritos que se merece o ¿acaso haber jugado con el equipo titular en Málaga nos hubiese garantizado la victoria?, permitidme que lo dude.
¡¡¡PUXA SPORTING!!!
No te preocupes por el "casi" que con el buen rollo que hay y el cariño que nos tiene Revilla toca celebración.
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