¡¡Agua!!

No estaba permitido fallar. Llevábamos varias jornadas asomados al abismo, estaba claro que la permanencia era poco menos que un milagro, pero los resultados, como el del sábado en Cornellá, iban saliendo y desde nuestro corazón queríamos creer que el sueño era posible.

Sin embargo ayer llegó la sentencia, llegó contra un equipo que tiene grandes jugadores, empezó el año jugando champions, y que ayer igual que nosotros se jugaba la vida y manejó los tiempos del partido con total perfección, se adelantó en el marcador y supo jugar con él. El Sporting, mas con el corazón que con la cabeza, y con el empuje del público, logró el empate gracias a un JUGADOR que ayer demostró que es digno portador del brazalete de capitán, Don Alberto Lora, el mejor durante y después del partido.

Sin embargo la alegría duró muy poco, el tiempo que tardó Damián en pifiar un despeje, que dio lugar a un piscinazo en el área de Marco Ruben, suficiente para que un arbitro, con afán de protagonismo, pitase un penalti mas que dudoso(yo creo que inexistente,¿lo habría pitado en el área contraria?). El 1-2 en el marcador a punto de alcanzarse el descanso hizo mucho daño a la moral de jugadores y público.
La segunda parte fue un querer y no poder, el 1-3 a los diez minutos una losa mas que imposible de levantar, además el arbitraje tampoco ayudaba, mas bien lo contrario, ante la duda siempre era a favor del equipo grande, ayer ese era el Villarreal y sus jugadores, mas curtidos que los nuestros, supieron hacer su trabajo, y con el permiso arbitral, perder tiempo hasta desquiciar al mas tranquilo. 
De esa manera, después del 2-3, quedaban con el descuento, cerca de 10 minutos y no se jugarían mas de tres, lamentable, pero de eso también tienen culpa los que pierden los papeles y arrojan objetos al terreno de juego, protestar está bien, lo demás sobra y no favorece a nadie y menos al Sporting, que es el que estaba perdiendo y mas perdía con esas interrupciones.

Por tanto, día triste ayer en el Molinón, el más triste de los que recuerdo y, seguramente hubo otros muchos. La única alegría, ver la mayor parte de la afición despedir como se merecían, a los que ayer, defendieron la camiseta del Sporting de manera digna. Ahora sólo queda esperar que el Rayo haga un punto, que lo hará, y pedir que sigan defendiendo esa camiseta como ayer lo hicieron, los dos partidos que nos quedan por disfrutar en primera.

Por todo eso: NO TE DEJARÉ JAMÁS, SPORTING...

Hoy mas que nunca:

¡¡¡¡¡PUXA SPORTING!!!!!