El empate sin goles cosechado ayer en el Molinón, nos dejó a los sportinguistas con las ganas de celebrar la tercera victoria consecutiva en liga.
El equipo empezó bien, con muchas ganas y generando ocasiones, todo hacía indicar que el gol llegaría tarde o temprano, pero no fue así. Unas veces por falta de puntería, otras por acierto del portero y otras abortadas por la defensa, el caso es que nuestros delanteros fueron incapaces de transformar ni una sola de las ocasiones, que fueron muchas, de las que dispusieron en la primera mitad.
En la segunda parte, el Sabadell, que demostró ser un buen equipo, se hizo con el control del juego, su objetivo era no perder y lo consiguió, incluso en alguna jugada a balón parado, llevó peligro al área del Sporting. El final del partido se convirtió en un correcalles, y los cambios, introducidos ayer por Sandoval, aportaron poco o nada al juego. Exceso de precipitación por parte de los nuestros y falta de acierto en último pase hicieron, que en la segunda parte, no se crease ni una ocasión reseñable, la única una falta botada por Carmona, que pasó cerca de la escuadra de la portería defendida por Nauzet.
Punto y a parte merece el trío arbitral. Hace tiempo que no se veía una actuación tan lamentable y anticasera en el Molinón. Empezó pronto, a los diez minutos, la primera entrada de Gregory, la saldó con una rigurosa tarjeta amarilla. Aplicó la ley de la ventaja de manera extraña, los auxiliares le ayudaron poco o nada, mandó salir a Bilic a la banda solo él sabe el por que (bien pareció una exclusión de dos minutos de balonmano). En definitiva Mariscal Sánchez realizó un arbitraje que, sin ser determinante en el resultado final, contribuyó al nerviosismo y precipitación de los nuestros sobre manera en los minutos finales.
El punto sumado ayer, será bueno si se gana en Guadalajara. Todo lo que no sea perder es bueno, pero es necesario sumar de tres en tres para acercarse a los de arriba.
¡¡¡¡PUXA SPORTING!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario