Ayer acudí al Molinón con una rara sensación, la de querer disfrutar del partido y el presentimiento de que iba a sufrir, y así fue. Pero el sufrimiento se produjo mas que por el resultado, por comprobar que hay una gran parte de la afición que no entiende que a los que juegan en casa, a los de Sporting, les hay que aplaudir y mas cuando se están dejando la piel como hicieron ayer. Sabía, algunos medios lo venían alimentando, que se iba a protestar contra Fernández y el consejo, que Clemente iba a ser el objeto de las críticas desde el primer momento, lo que no esperaba es que a Canella, a esí guaje que, estoy seguro que siente la camiseta como el que mas, se le silbase al primer error. Rober no está bien, no se si es problema físico o mental porque le puede la presión, pero no está bien, eso está claro, pero si le ponen a jugar hay que apoyarle, flaco favor le hacemos a él y al equipo si cada pelota que toca se le silba, gracias a dios no duraron mucho los silbidos.
Duraron, lo que tardó en llegar el empate, así de triste, los goles hacen que los que antes eran muy malos y nos tengamos que acordar de su familia, pasen a ser los mejores, pero así es el público.
A todo esto y con el empate en el marcador, unos acordándose de Fernández, otros de Clemente, otros de la madre de Trejo, otros de... pero no centrados ni en animar, ni en que se podía ganar a un equipo, que aunque parezca mentira, casi nos dobla en puntos. Perdidos en todas esas batallas llegamos al descanso, con el equipo luchando, sin conceder mucho atrás y creando ocasiones.
Cuando parecía que la cosa se tranquilizaba, el equipo atacaba y que estaba cerca el segundo gol del Sporting, apareció Clemente para hacer dos cambios, que casi nadie de los que estábamos en el campo entendimos, quitar a Barral y Colunga (los dos atacantes), para poner a Sangoy(pasado de peso) y Ayoze. De nuevo crispación en la grada, agravada con el 1-2, en medio de una bronca monumental. Acabábamos de firmar la sentencia, o eso pesaba yo en ese instante, además miraba al marcador y el tiempo corría mas que nunca, algunos "sportinguistas" se levantaron y se fueron, pa no pillar atascos y llegar a ver al Madrid, los que nos quedamos vivimos una remontada a base de casta liderada por Don Alberto Lora, que grande, tirando del equipo primero desde el centro y luego desde el lateral y haciendo un golazo con la izquierda.
Luego llegó el gol de Sangoy, para taparnos la boca y la suerte, en forma de larguero y de Juan Pablo, ya en el descuento, para dejar en casa tres puntos necesarios, aunque no suficientes, necesitamos más. ¡A lo mejor rescatamos alguno el sábado! ¡Soñar es gratis!
¡¡¡¡PUXA SPORTING!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario