Eso es lo que vimos al equipo los que ayer asistimos al Molinón. Un equipo mas concentrado y con mas ganas que otros partidos, y con la impresión de tener un poco más claro lo que se están jugando.
La disposición táctica, en el primer partido de la era Clemente, fue muy similar a la que se venía usando hasta ahora, con Colunga caído a la banda como segundo delantero, nada ultradefensivo como esperaban muchos y nada de jugar al pelotazo, toque y combinación para llegar arriba con mas o menos acierto.
Enfrente un rival de entidad, muy serio en defensa y con una delantera, Adrián y Falcao, que sería titular en cualquier equipo de Champions, muy rápidos, verticales y creando peligro en cada centro al área, increíble que haya tenido que llegar Simeone para que se pusieran a jugar. Aún y así, la única vez que lograron perforar la meta de un inconmensurable Juan Pablo, tuvo que ser en una desgraciada jugada de Rober Canella, que en lugar de dejar el balón pasar, remató a gol un centro chut que se iba fuera, auténtica mala suerte.
Lo mejor de todo es que a pesar del gol, el equipo se rehizo y fue capaz de empatar antes del descanso.
En la segunda parte, casi todas las ocasiones fueron visitantes, si exceptuamos un mano a mano de Colunga con Courtois, a falta de cinco minutos para acabar el partido, que nos dejó a todos los sportinguistas con la sensación de que ayer podíamos haber conquistado esos tres puntos, tan necesarios. Si evaluamos el cómputo general del partido el punto se puede dar por bueno y habrá que hacerlo bueno ganando en Santander.
Con esa actitud y esa intensidad se puede pensar en la salvación, paso a paso.
Por último, un diez para la afición, que a pesar de todos los sinsabores de esta temporada sigue estando ahí. ¡¡¡SEGUIMOS ESTANDO AHÍ!!!
"Si el equipo falla, la afición aprieta"
¡¡¡¡PUXA SPORTING!!!!
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